¡Gloria al CREADOR en las alturas, paz y amor
en la Madre tierra a los hombres de buena voluntad!
Anhelo compartir de buena voluntad, y solo con fines altruistas, una visión
novedosa sobre el proceso de la reencarnación, que va en contravía con muchas de las bases en las que se fundamenta,
la tradicional enseñanza de la misma; y sin pretender convencer a nadie, simplemente
intentando dejar sembradas ciertas
inquietudes, cuyos fundamentos de llegar a ser comprendidos a profundidad, por
sí solos sustentan la lógica de esta realidad espiritual, que desde hace una
eternidad se volvió inevitable, cuando el CREADOR echó mano de este mandato,
pero no de manera caprichosa, sino que surgió como consecuencia directa del mal
proceder de unos pocos, que eran como la fruta podrida, que terminó estropeando
y contaminando a las demás, porque desde aquel entonces, el hombre ya se
revolcaba complaciente en el fango de la desarmonía, pero aún así se sentía
feliz y realizado.
El PADRE CREADOR en su infinita sabiduría, para evitar
que sus hijos pródigos y descarriados, se perdieran y se desterraran
eternamente de su presencia en medio del dolor y la desesperanza, decidió brindarles
un salvavidas espiritual, para que tuviesen la oportunidad de enderezar el
camino, y despercudir sus esencias de toda esa desarmonía, que alegre e
inocentemente se dieron, para poder regresar limpios y esclarecidos nuevamente
a sus brazos.
Para comprender el momento y las circunstancias, que materializaron el
mandato de la reencarnación, es condición necesaria, conocer bajo qué
parámetros fuimos creados, por este motivo, previamente a esta enseñanza, se
debe conocer la versión inspirada del Génesis, que se caracteriza por su gran
riqueza espiritual, así como debe ser todo lo que proviene de manos del
CREADOR. A continuación aparece su enlace virtual:
De esta manera resulta más fácil comprender, el por qué, la reencarnación
antes que un mito, una absurda teoría espiritual, o una exótica idea oriental,
realmente es la más bella demostración del más puro amor incondicional de parte
del PADRE CREADOR. Y llegado el momento justo, por su propia voluntad, termine
siendo dueño y partícipe de una sabiduría limpia, cimentada en una riqueza
espiritual profunda, que muy pocos son capaces de reconocer; comprendiendo con
toda certeza, que en algún instante
de un pasado antiquísimo, por el mal
proceder del hombre, se llegó a un punto crítico, donde la necesidad de un
salvavidas espiritual, o mejor llamado proceso de reencarnación, fue un auxilio más que justo, ¡necesario!
Todas las enseñanzas que aquí se divulgan, siempre tomarán un camino muy
diferente, al que a la humanidad le han mostrado, por eso aquellos que siempre
han escuchado de una superficial vida eterna, estas palabras les sonarán un
tanto extrañas, pero es apenas lógico pensar así, porque siempre, el mundo ha
escuchado de un CREADOR pobre de espíritu y hasta egoísta con su CREACIÓN,
porque nunca ha podido tener la posibilidad de entender, cuán grande y puro es
el amor de DIOS por todos sus hijos, porque nunca comparan nada de nada. Así como es arriba, así mismo fue algún día, ese tierno hogar que el
CREADOR formó para sus hijos, acá, en el paraíso terrenal, o MADRE TIERRA.
Sin más preámbulos, continuemos la historia para establecer en qué punto,
la reencarnación comienza a tomar forma, en la medida que el hombre decide
apartarse de la luz y de la armonía infinita.
Hermanos,
debemos saber que tempranamente desde que la MADRE NATURALEZA, fue extendida
hace apenas un instante para vuestro PADRE CREADOR, para que sus hijos se
extasíen en la sabiduría, en el amor y la armonía, ha venido la confusión, el
dolor, la envidia, la avaricia, y todo esto ha ocurrido simplemente porque:
Primero. Unos hijos
desearon entrar y aferrarse más firmemente en la desarmonía de los asuntos
terrenales.
Segundo. Los otros
hijos más codiciosos y visionarios, quisieron ser y saber más y más que el
CREADOR, y en su infinito orgullo, vanidad, soberbia e inconsciencia,
acogiéndose a su libertad, y prematuramente a un derecho natural de ser
exploradores y viajeros de la vasta Madre Naturaleza, decidieron hacer las
cosas pobremente a su manera, despreciando la sabiduría divina, convirtiéndola
en vulgar conocimiento o ciencia de hombre. Este punto se desarrollará en otra publicación.
Tercero. Finalmente aquellos hijos que quisieron pretender ver
más la luz, y en su desmedida ambición, agarraron toda la semilla de la
sabiduría divina, para sepultarla en la angustia y en la tristeza, para su
propio beneficio, dejando a sus demás hermanos viviendo en la total ignorancia
espiritual.
De las consideraciones
expuestas anteriormente, es fácil deducir que al día de hoy, nada ha cambiado,
porque aún persisten las mismas expectativas en cuanto a la forma de concebir
la vida, dejando a un lado lo más importante, la contraparte espiritual.
Exploremos cómo fue la
caída del espíritu humano, que desde muy temprano se lleno de olvidos, y su
única esperanza hasta el día de hoy, es recuperar la memoria de sí mismo y de
la verdad, liberándose de las cadenas que lo atan fuertemente a la
irracionalidad y la ignorancia.
Y como cuenta la historia tradicional, en verdad si fue una pareja de hijos
encarnados del CREADOR y la Madre Naturaleza, quienes por voluntad propia,
acogiéndose a su total libertad, atropellando la armoniosa voluntad del PADRE
CREADOR, prefirieron contrariarle sus expresas advertencias y consejos, cubriéndose
de desobediencia, rebeldía y pereza, haciendo caso omiso a las más elementales
normas de armonía, necesarias para preservar la frágil delicadeza de un mundo
perfecto. Esta pareja no estaba dispuesta a cumplir con el mínimo compromiso
que el CREADOR les pedía, para de esta forma, afianzar e interiorizar en su
esencia por su propia voluntad y conciencia, todos los galardones y la riqueza
espiritual que les extendió generosamente.
La reconocida frase, no comerás del fruto prohibido, tiene mucho de verdad, pero
su real significado fue tergiversado, dando la sensación que se quiere mostrar
muy sutilmente, un CREADOR con ciertos aires de egoísta.
Entonces lo primero que hizo la rebeldía del hombre, fue hacer precisamente
lo que se les advirtió no hacer, y estropearon los frutos aún verdes de la
Madre Naturaleza, cogiéndolos antes de tiempo, ó cogiéndolos por gula, o por
contemplarlos mal. Para el mundo de hoy, dirán que es algo aparentemente simple
y sin mayor trascendencia, pero quienes así piensen, es porque ignoran que los
perfumes del mismo producto de la Madre Naturaleza, realimenta sistemáticamente
la frágil armonía del paraíso terrenal, la armonía de todos sus hijos, además de servir de
alimento para vuestro PADRE CREADOR, que se regocija de las fragancias de todo el conjunto.
A partir de ese instante, esa luz
intensa depositada en cada uno, se fue perdiendo, esa claridad y lucidez se
fueron marchitando, se fue extinguiendo la visión y ese entendimiento nítido de
amarse, de cosechar y de compartir
amigablemente los unos a los otros, y de respetarse como hermanos, porque ya
comenzaba a no entenderse un hermano con el otro, y casi siempre existía ese
desaire, esa desunión, como si no fuesen la misma luz, sino una separación
entre el cogollo del árbol y entre la hoja ya marchita. Ahora se estaban volviendo incapaces de
entender y de saber, que todos eran una sola luz en vuestro PADRE CREADOR, y
que ÉL está en el interior de todos.
Poco a poco la desarmonía comenzó a extender una avalancha de nefastas
consecuencias, como el dolor, la tristeza, la envidia y los celos. Se comenzó a
decir, solo es mío, no es de nadie más; la hermandad se estaba dejando seducir
con toda la riqueza material depositada en el paraíso terrenal, que ahora
comenzaba a tener una con notación viciada, porque se estaban confundiendo con
tantos dones y facultades naturales, que ya no podían administrar sabiamente,
por falta de entendimiento y de lucidez espiritual. Entonces vuestro PADRE El CREADOR con mucho amor e insistencia
decía: se está perdiendo la armonía, se está ahuyentando la luz, está llegando
la tristeza, el dolor y el desamor; vuestros hijos se están descarriando, al igual que la
hoja cuando está seca, que no quiere dar más amor, más perfume, y simplemente
se cae. Y como la fruta
podrida, que termina contaminando y dañando a las demás, así mismo sucedió con
aquellas tempranas generaciones de hijos, que cada vez se volvían más sordos,
rebeldes e inconscientes.
Al manchar la esencia con desarmonía,
percudieron sus sentidos de luz, de
amor, de paz, de respeto, perdiendo su pureza e inocencia, y por primera vez
sintieron el frio, el hambre y la desnudez espiritual; sensaciones de vacío
interior que igualmente se manifestaron en el cuerpo físico, entonces llegó la
malicia y la vergüenza, sintiendo la necesidad urgente de cubrir sus cuerpos de
las miradas indiscretas, pero era la impureza incipiente y la desnudez del
espíritu quien los acusaba. Cuando aún
todo era armonía, en verdad, los esbeltos y perfectos cuerpos de los hijos del
CREADOR, nunca se veían desnudos, a pesar de que físicamente no utilizaban prendas,
pues sus espíritus siempre han estado elegantemente vestidos, porque el vestido
de la esencia, es un adorno natural que la MADRE NATURALEZA refleja y le brinda a todos sus nítidos
hijos.
En un determinado momento, cuando el hombre decidió hacer su mala voluntad,
entregando solo desarmonía y desamor, llegando a desconocerse de sí, con mucho
dolor vuestro PADRE CREADOR ordenó como
un mandato divino, diciendo: a partir de ahora, todos mis ingratos hijos rodarán y rodarán en mi QUERIDA ESPOSA,
LA NATURALEZA, pero sus esencias siempre serán las mismas, y te
ganarás el pan de cada día con el sudor de tu frente, porque de ahora en
adelante, nada les llegará así como así, porque has desobedecido, y no has
entendido qué es la luz en ti, y que son ustedes en mí; y tendrán que limpiar
la mancha y recuperar la luz que perdieron vuestros espíritus, y a la vez
entenderán quién es para vosotros la MADRE NATURALEZA, porque Ella multiplicará
todo lo que sus hijos hagan con amor, con paz, y mucha sabiduría que tendrán.
Todo hijo del CREADOR que
haya deshonrado su esencia, manchándola con oscuridad, se debe limpiar con
dolor, de la misma forma, como se
limpian las aguas, que por más sucias o turbias que estén, ó por más oscuras que se vean, cuando entran en los poros de la
tierra, o en los poros de la MADRE NATURALEZA, esas aguas oscurecidas, ellas
solas se van purificando, se van limpiando, y salen cristalinas, nítidas y
tiernas por las profundas venas de la MADRE NATURALEZA, hasta formar los
grandes ríos y los grandes mares.
En este punto del recorrido, ya es sencillo visualizar el momento, y los
motivos más que suficientes, que
desataron el mecanismo que hizo girar la rueda de la reencarnación, como
un mandato divino. En ese entonces, para el hombre que apenas había comenzado a
manchar su espíritu, todavía era fácil entender el proceso y acogerse a él,
para no quedarse rezagado. Debemos comprender que el engranaje de la
reencarnación, se convirtió en una necesidad prioritaria, porque se necesitaba
subsanar y restaurar la continuidad natural y armoniosa, de un plan divino que
había sido interrumpido abruptamente por la inconsciencia del hombre, que
apenas iniciaba su travesía espiritual en el paraíso terrenal, siendo este, el
primer escalón de una serie infinita de mundos espirituales, que lo esperaban
con los brazos abiertos, para vivir como un perfume cada vez más refinado, como
una luz intensa, como un resplandeciente sol en el firmamento.
A pesar de
toda la oscuridad recopilada en el espíritu humano, vuestro PADRE que es tan
grande, tan puro, tan tierno, que esa
semilla que son sus hijos, nunca la ha dejado abandonada, mucho menos olvidada,
porque ÉL siempre está presente, y siempre está de frente a sus hijos, porque
siempre, en todos los tiempos, el CREADOR
ha enviado sus grandes mensajeros, a recoger a sus hijos que están
ausentes de su presencia,
e ignorantes y soberbios ante la sabiduría, y la sencillez de la Madre
Naturaleza.
En el preludio de este agitado tiempo, es donde reaparece por primera vez,
ahora como mensajero celestial, la figura del hijo primogénito del CREADOR y la
Madre Naturaleza, conocido como Adán, que venía con la noble intención de
intentar restaurar el amor, la hermandad y el respeto que se estaba perdiendo
entre sus semejantes.
Como un comentario adicional, es triste ver, cómo el hombre que todo lo ha
enseñado al revés a nivel espiritual, tranquilamente ha calumniado la figura de
Adán y de su esposa Eva, convirtiéndolos en lo que hoy el mundo cree, en los
culpables de todo el dolor, y el sufrimiento que aqueja la humanidad;
desconociendo la integridad moral, el valor, la fortaleza, la buena voluntad y
toda la sabiduría, que alberga la esencia
de un verdadero mensajero. Leyendo entre líneas, desde aquí ya se
comienza a visualizar la única razón de peso, del por qué se difama y se
mancilla la imagen de los verdaderos servidores del CREADOR, con excepción del
nombre de Jesús, aunque sean la misma esencia.
En las diferentes épocas la presencia de los grandes enviados, y de toda su
esclarecedora enseñanza, el hombre igualmente no la ha sabido
aprovechar, para aprender y despercudir su espíritu, porque solo por orgullo y
necedad, nadie se puede dejar de nadie, prefiriendo acogerse libremente a su
libertad con mayor frialdad, tomando cada vez el rumbo más equivocado, que
indefinidamente lo conduciría directo al abismo del sufrimiento, de la angustia
y de la tristeza, sin poder encontrar un camino de regreso. El hombre se convirtió así mismo en una cruel
enfermedad, que arrasa con toda la armonía que se ha dispuesto en el templo de
la MADRE TIERRA.
Pero como siempre, EL CREADOR respetando la autonomía y la libertad que les
entregó a sus hijos, para que decidan lo que más les convenga, nunca los obligó
a nada, ni siquiera a reencarnar nítidamente, haciendo uso de un conducto
regular para cumplir con ese objetivo. Mucho menos los obligó a aceptar por
imposición sus riquezas espirituales o galardones, que eran de propiedad de
cada uno, y quien las desprecie, en cualquier momento comprenderá, que las
tendrá que volver a recuperar poco a
poco, con dolor y con tristeza, porque así mismo las perdió.
Finalmente, pareciendo una eternidad para nuestra limitada comprensión, los
hijos del CREADOR perdieron toda comunicación directa de labios del PADRE
CREADOR, y pasaron de conocerlo íntimamente, a simplemente tener que creer que
DIOS existe; y con esto, ignorando quienes eran, de dónde habían llegado, a
dónde tienen que llegar, por qué habían encarnado, y qué estaban haciendo en el
paraíso terrenal; quedaron viviendo como la hoja seca, que el viento la lleva
para allá y para acá, y siempre queda en el mismo sitio para abonar la
tierra.
De este modo, toda la riqueza espiritual de los hijos encarnados del PADRE
CREADOR y la MADRE NATURALEZA, se desvanecía por completo como la nube en el
firmamento, cuando temerariamente arrojaron al abismo todos los principios que
vuestro PADRE les compartió, convirtiéndose en seres sucios, llegando a tocar
fondo, al quedar literalmente vacíos y desamparados de la presencia del
CREADOR, embebidos en el odio, la envidia, la venganza, la avaricia, sin
respeto, sin reconocerse de sí, ni como hermanos, esclavizándose los unos a los
otros, desgarrándole la vida al amigo, al hermano, al vecino, despreciando la
CIENCIA del CREADOR. En conclusión, quedaron viviendo sin Dios ni ley para
nadie.
Simultáneamente desde que el espíritu humano comenzó a marchitarse, los
templos o cuerpos por falta de armonía, de paz
y de amor, lentamente y de manera natural, comenzaron a generar en el
templo de la MADRE NATURALEZA, que siempre había sido un ambiente puro e
inmaculado, graves perturbaciones físicas, mentales y espirituales, energías
venenosas, crueles, amargas y arruinadoras, que comenzaron a volverse más
densas, hasta que finalmente lograron plasmarse en el mundo físico, y siguieron
multiplicándose a pasos agigantados; energías que sin excepción alguna,
comenzaron a cubrir como un manto de oscuridad, de tristeza y desarmonía, toda
esa perfección de vida formada por mano del PADRE CREADOR.
Se comenzó a estropear la tranquilidad de las aguas cristalinas, se
contaminó la sutileza y la pureza de los aires, las raíces de los arboles se
vieron envenenadas, y con ello sus frutos se malograron, se salpicó de sangre
los poros de la tierra, se contamino con plagas la vegetación, se desequilibró
la serenidad y la calidez de ese tierno hogar, porque el hombre por su
extremada impureza, cada vez se
convertía así mismo en una antorcha humana, que en cualquier momento, de forma
espontánea, se podía llegar a prender como una chamiza seca. Y de hecho, así ya
sucedió una vez en un pasado, arrasando no solamente con sus propias vidas,
sino también exterminando los recursos de la Madre tierra. Y para variar, este
suceso también se tergiversó de mala fe como siempre, para recalcar con cruel
insistencia y morbosidad, en la existencia de un DIOS castigador y vengativo, capaz de
utilizar a sus entidades angélicas, para
exterminar la desarmonía del hombre.
Retomando el hilo de la historia, toda la armonía presente en los frutos de
la Madre tierra, ya no era suficiente para saciar el apetito cada vez más voraz
del hombre, viéndose en la imperiosa necesidad de cambiar drásticamente sus
hábitos de alimentación, y sin darse cuenta en qué momento, sus sutiles y
livianos cuerpos terminaron tan pesados e insensibles como las piedras, cuerpos
que ahora sometían a su capricho al encarcelado espíritu, y lo arrastraban por
la senda de la indigencia espiritual.
Sus pesados cuerpos se fueron adaptando poco a poco a las nuevas
condiciones de vida, y a las condiciones ambientales adversas que ellos mismos
propiciaron. Es así como se oscureció la información presente en la llamada
genética humana, alterando su fidelidad y su calidad, información que ahora
parecía más bien una colcha de retazos, que ya no reflejaba la sabiduría, ni la
perfección original del CREADOR por ningún lado. De ahí en adelante, esa
información mutilada se siguió transmitiendo de generación en generación, y de
manera natural, en millones de casos, se convirtió en un medio necesario, pero
no suficiente, para purificar la desarmonía espiritual, ya sea de la vida
presente o de una encarnación pasada, porque finalmente en cualquier instante,
toda la desarmonía y la crueldad que aún arrastra el espíritu, termina
convirtiéndose en desarmonía y sufrimiento corporal.
Ahora es más simple entender la razón, por la cual tarde que temprano,
todos los hijos del CREADOR terminaron siendo víctimas de las enfermedades, que
lentamente comenzaron a consumirlos, de tal manera que sus fructíferas y
exuberantes vidas, cada vez se acortaban más y más sustancialmente, porque
ahora estaban comenzando a cosechar en abundancia, el fruto de su desamor, que
se reflejaba en el deterioro o envejecimiento corporal.
Haciendo un pequeño paréntesis al respecto, cualquier alteración o mutación
en la genética humana, al menos que se haga deliberadamente, en cualquier otro
caso en particular, no se puede considerar como un error de copia, o como un
caso fortuito de la naturaleza, todo obedece a una causa espiritual. Gradualmente, el ADN de esta humanidad, puede
reflejar algunos porcentajes de cambio en su información, no queriendo indicar
que estamos evolucionando como especie pensante, simplemente estamos accediendo
nuevamente a unos eslabones de información que se habían perdido, trayendo
consigo seguramente, lentamente el despertar de algunas facultades naturales
latentes dormidas.
Cerrando el paréntesis anterior, como consecuencia inmediata de toda la
desarmonía de la que se venía hablando, a la hora de desencarnar
prematuramente, de manera natural o involuntaria, los cadáveres eran foco de
más contaminación para la tierra, desarmonía que se fue multiplicando y
adaptando al medio ambiente, evolucionando
cada vez en formas de vida más complejas.
Este tipo de evolución corporal, es un mecanismo de sobrevivencia, que
muy hábilmente los diversos tipos de desarmonía espiritual lograron
desarrollar, algunos para convertirse en molestas plagas, otros en animalillos
repugnantes, y los bichos más insignificantes, cada vez fueron más resistentes
al exterminio, y hasta el día de hoy son nuestra peor pesadilla.
No solo los cadáveres desde las primeras generaciones, servían para
contaminar el mundo material, sino que también los espíritus o esencias de esos
hermanos, ahora libres de la materia, en vez de elevarse y viajar hacia los
brazos del CREADOR, se quedaban estancados por siglos como legiones de sombras
errantes, aquí en la MADRE TIERRA,
confundidos, sin saber qué les había pasado, porque nunca aprendieron que el
espíritu es una luz eterna, que nunca se apaga, que posee inteligencia,
voluntad y consciencia propias, y que sobrevive al cuerpo, pero en su
ignorancia se quedaron perturbando, creando caos y violencia desde el mundo
espiritual hacia el mundo físico.
Todas estas entidades espirituales, incluyendo las que se han sumado a esas
legiones de ignorancia y de maldad, hasta el día de hoy, son las mismas que
algún día arbitrariamente etiquetaron como los grandes demonios, pero realmente
es la misma hermandad, que por muchas razones se ha quedado rezagada por siglos
de siglos. Para millones de esos espíritus todo es oscuridad y confusión,
porque temporalmente son incapaces de
volver a reencarnar en un cuerpo nítido de hijo del CREADOR, para
contemplar de nuevo la hermosa luz extendida sobre la Madre tierra.
Según están las cosas, seguirán así por muchísimo más tiempo, porque los
espiritualistas terrenales, no enseñan a adoctrinarlos, sino a rechazarlos y
maldecirlos en el nombre de su santa ignorancia.
El hombre por ser hijo de un CREADOR, también posee todo el derecho natural
de crear, pero en su inconsciencia y desamor, solo crea desarmonía y
ruindad. Es interesante saber, que no todos los animales que hoy el hombre
conoce, son producto de la mano del CREADOR, tal como la polilla, la cucaracha
y toda una gama de animales repugnantes. De otro lado, los animalillos que sí
son creación divina, la inmensa mayoría se han degenerado, por la intervención
de la inconsciencia del hombre, porque el espíritu humano ya desencarnado,
desde hace una eternidad, se dedicó a contaminar los cuerpos de muchos
animalillos, cuando mediante reencarnaciones imperfectas, el espíritu humano completamente ciego, sordo, mudo e
insensible, terminó incorporándose temporalmente
entre ellos. Una reencarnación imperfecta, es aquella donde la mano del CREADOR
no interviene en ningún momento, en semejante
despropósito espiritual, porque los animalitos fueron creados como una sana
compañía para el hombre, y una vez entregan su cuerpo a la Madre tierra, esa
chispa divina, debería brillar como un diminuto lucero en el firmamento.
Para la mayoría de espiritualistas,
es inconcebible este fenómeno, porque dicen que el espíritu humano no
involuciona, pero realmente aquí no se está hablando de una involución, sino de
una ceguera espiritual temporal, que le hace incapaz de reconocer la fisonomía
humana, debido a toda la oscuridad espiritual que ha recopilado la esencia. Más adelante se indicará con más detalle, el
por qué, y cómo se hace realidad el proceso de una reencarnación imperfecta.
El desconocer la verdadera hermandad
que existe entre todos los hombres, se ha convertido en la principal razón,
para que millones quieran vivir su vida sin respeto, sin creer en esa luz
infinita que nos brindó el don de la vida, queriendo obtener todo lo que desean
fácilmente de forma fraudulenta y hasta gratuita, ya sea desgarrando una vida,
engañando al prójimo con mentiras, arrebatándole el pan de la boca al hermano
con doctrinas engañosas, otros
calumniando al prójimo, y hasta colocándole enfermedades postizas a un supuesto
enemigo, etc. El que nada sabe de la
profundidad de la vida espiritual, seguramente está convencido, que todas estas
crueldades se quedan en el olvido de manera impune.
Para todos en general, pero el caso en particular de aquellos hermanos, que
han vivido empapados en la crueldad, en el momento de desencarnar, o mejor
dicho, de entregar su cuerpo a la Madre tierra, con el tiempo, según la
inconsciencia que se tenga, irremediablemente se darán cuenta que es necesario
volver de regreso a la Madre tierra, a purgar todo esa crueldad en un cuerpo
inocente, porque toda la maldad se paga acá mismo, donde se cometió; comprendiendo
si fuese el caso, que todo ese daño que le causó al hermano, al amigo y al
vecino, inocentemente se lo estaba haciendo así mismo. Por tanto todo ese sufrimiento, crueldad y
barbarie que derramó sobre otros, lo deberá soportar en carne propia, porque de
manera natural, se recoge multiplicado el mismo fruto de la semilla que se ha
sembrado, porque quien siembra un puñado o dos de cualquier grano, con gran
expectativa espera recoger una abundante
carga del mismo tipo de cosecha.
Esta es la razón del por qué, por cada rincón del vientre de la Madre
tierra, millones de hermanos deberán
padecer graves, terribles e irreversibles enfermedades del cuerpo, y ó de la
mente, muchas veces desde que aún están en el vientre materno, y ni siquiera el
PADRE CREADOR con todo su poder se atreve a intervenir, porque ÉL respeta como
nadie más lo hace, el sagrado derecho
del libre albedrio de cada uno de sus hijos de estropearse y maltratarse con su
mal proceder, por su propia voluntad.
Vuestro PADRE CREADOR nos brinda mucho valor y fortaleza, a la hora de
aceptar con amor esta penosa y dura prueba, pero como sea, simplemente es una
prueba temporal de muy corta duración delante de sus ojos, aunque para sus
hijos desarmonizados, les parecerá toda una eternidad. Entonces de esta manera,
en sucesivas reencarnaciones poco a poco, se va descontando toda esa pesada
carga de oscuridad recopilada en la esencia.
Y como todas las cosas del CREADOR, que a nada ni a nadie obligan, llegado
a este punto, cada quien es libre de responder en su próxima existencia por su
mal proceder, acogiéndose a un conducto regular para volver a reencarnar de
manera nítida y pura, en un cuerpo con fisonomía de cristiano, o también es
libre de creer que puede evadir definitivamente una responsabilidad
espiritual. He aquí dos caminos
escabrosos, que cada quien se ha labrado con su mal obrar. Acabamos de ver el caso donde la esencia
acepta de buena voluntad, purgar la desarmonía por más dolorosa que sea. Veamos ahora el camino opuesto.
Aquellos espíritus tercos y crueles, que en vida corporal se revolcaron en
la irracionalidad, convirtiendo la
fragancia de sus tiernas esencias, en venenos pestilentes y hediondos, a la
hora de entender, cómo son realmente las cosas a nivel espiritual,
comprendiendo que deben reencarnar nuevamente en cualquier oportunidad, para
responder por cada acto de dolor y desarmonía, contra sí mismo, contra el
prójimo y contra la Madre Naturaleza, en ese momento simplemente prefieren salir
huyendo y seguir rodando temerariamente, como espíritus ambulantes por siglos,
percudiendo y marchitando más y más
sus ciegas, mudas y sordas esencias, ahora sí, sintiéndose aterrorizados
e incapaces de hacerle frente a su
propia maldad, evadiendo el horror que significa su propia ferocidad. Pero con
todo esto, inconscientemente solo están postergando la agonía y agravando su
situación espiritual. Aquí se está cumpliendo
al pie de la letra, el popular refrán que reza: el pecado es cobarde.
En este intento de evasión, terminan por opacar el poco brillo que mora en
su espíritu, perdiendo la noción de sí mismos, y les da lo mismo arriba que
abajo, quedando casi como un ser inanimado, como un ente, porque una costra muy
densa de oscuridad espiritual recubre su esencia. De tal manera, que se les
vuelve imposible reconocer su propia luz
espiritual, y ahora acogiéndose a un instinto más que animal, y sin tener la
mínima posibilidad, de reconocer la luz de un vientre femenino, para volver a
ser dueño de un cuerpo de cristiano, como se dice comúnmente, es donde de
manera temporal durante largos periodos de tiempo, reencarnan de manera
imperfecta, en aquellos sitios donde su percudida esencia encuentra afinidad y
acogida, como entre los animales rastreros que habitan en la oscuridad y la
frialdad de las cuevas, entre las grandes fieras de los montes, y en las
lejanías de los mares, mostrándose en algunos casos como animales gigantescos y
temibles. Un caso muy especial, son aquellas criaturas que aun conservan
ciertos rasgos de la fisonomía humana, algunos presentes en la tierra, y otros
en los mares muy bien escondidos, como es el caso de las sirenas, pero el mundo
aprendió a verlas como seres mitológicos. Poco a poco la realidad va saliendo a
la luz, descubriéndose tal cual es.
En unos casos extremos, que ni siquiera se llamarían reencarnaciones
imperfectas, porque ahora la esencia no coge cuerpo, sino que se plasma,
dándole vida por ejemplo, a un árbol de
fruto venenoso, que ni sombra puede dar,
que ni siquiera las víboras lo pueden consumir, hasta que con el tiempo,
al plasmarse en otra especie vegetal, comienza a ser un arbusto útil, dando
fruto sano, capaz de brindarle alimento y refugio a muchos animalitos. Otros espíritus se pueden plasmar en las piedras frías ó en
cualquier pared, y estas son más comunes
de lo que el mundo cree, pasando en muchos casos como una aparición milagrosa.
Estos procesos de reencarnaciones imperfectas y de plasmarse, son
temporales y son reversibles, en la medida que el espíritu comienza por si solo
a desmancharse, recuperando muy lentamente la luz de su interior, hasta que
comienza a reencarnar en muchos tipos de animales, pasando en sus últimas
instancias, como una bestia de carga, para finalizar haciendo parte de los
animalillos más nobles, dóciles y fieles como el perro, el gato, e incluso
algunos delfines. A pesar que el hombre
desconoce este proceso, y hasta con burlas puede negar estas palabras,
irónicamente, con gran facilidad reconoce que existen animalillos más
entendidos, dóciles y fieles que muchos de sus semejantes a los cuales solo les
hace falta la cola.
Retomando nuevamente unas ideas atrás, toda la desarmonía que extendieron
sobre la Madre tierra los descendientes de las primeras generaciones, que
perdieron el camino del amor, terminaron por destruir no solamente su esencia,
sino desapareciendo temporalmente de manera corporal de la faz de la Tierra, al
convertir paulatinamente en cenizas su propio mundo, que ahora con dolor, este
se estremecía y se sacudía violentamente por largos espacios de tiempo, ardiendo
y vomitando todo el malestar, todo el lastre del interior de sus entrañas,
expulsando todas las energías arruinadoras, amargas y tristes, depositadas por
el mal vivir del hombre. Y como para finalizar, de los golpes más bajos y certeros que se recibieron,
sorpresivamente cayeron como un bólido sobre sus propias cabezas, exterminando los cuerpos de los más soberbios y creídos,
que ahora se presentaban como gigantescas sombras grotescas, y solo sus huesos
quedarían como prueba de su cruel existencia.
Los pocos que
sobrevivieron, solo fue cuestión de tiempo, para que terminaran extinguiéndose.
De aquí en adelante, se necesitaron miles de millones de años, para poder
medio restaurar un poco el equilibrio en la Madre tierra, para que comenzara
nuevamente a florecer la vida en todo su esplendor.
Intentemos comprender de una manera muy sencilla,
cómo resurgió de las cenizas el espíritu humano, que con gran anticipación ya muchos
de ellos, habían experimentado el levantarse del fango, para recuperar su
fisonomía humana, utilizando para ese fin reencarnaciones imperfectas, pero en
esta ocasión, comenzarían a levantarse casi desde cero.
De los millones de esencias aletargadas, que se quedaron rezagadas desde
las primeras generaciones, haciendo uso de una capacidad inherente, llamada la
inteligencia espiritual, además de toda la fortaleza de la que fue revestido
generosamente el espíritu humano desde el momento de la Creación, para
sobreponerse ante cualquier adversidad, asegurando su supervivencia corporal,
así fue como el espíritu ciego, sordo, mudo e insensible del hombre, sin darse
cuenta, aprendió a levantarse del barrial. Y como siempre, haciendo todo
pobremente a su manera, cuando su esencia se aferró incansablemente a un
proceso evolutivo, cuando terminó echando mano de su propia creación de
oscuridad, que con gran anticipación se había encargado de propiciar, y de echar a rodar, y
que muy hábilmente le sirvió como bastón de apoyo, en el momento que más lo
requirió, subiéndose como una desarmonía más, en el tren de un proceso
reencarnatorio imperfecto.
Por largos periodos su espíritu vagabundo, errante y
eterno, se posesionó en densas formas rastreras, viviendo inicialmente como un
bicho insignificante, y en sus fases finales vivió como una verdadera fiera del
monte, habitando en cuevas bajo tierra. Gradualmente su espíritu más
consciente, se posesionó en cuerpos más refinados, aprendió a caminar erguido, desarrolló un
cuerpo dotado de un cerebro apto para seguir despertando su inteligencia, su
conciencia, perfeccionando sus habilidades, sus destrezas, y todas las
características que son inherentes a los hijos nítidos del CREADOR. De esas habilidades se valieron para
crear sus primeras herramientas, sus armas y lograr su mayor redescubrimiento
en su estado aún primitivo, el fuego, y con este, comenzó un vertiginoso
desarrollo a todo nivel.
En estos tiempos llamados modernos, aún se encuentran por diversos puntos
geográficos, infinidad de grupos humanos aislados, cuyos espíritus atrasados y muy
rezagados, ya tienen la posibilidad de habitar en un cuerpo con fisonomía
humana, pero aún viven como salvajes en proceso de despertar. En contraposición con estos seres, existen
personas que teniendo un cuerpo con la perfecta fisonomía, e inteligencia de un
ser humano promedio, en la medida que se desarrollan como adultos, empiezan a desconocer
su propia fisonomía, y terminan desfigurándola, asumiendo roles y apariencias de temibles fieras, pero para
ellos es normal, pasando como desadaptados para la sociedad, pensando que tal
vez es un trastorno, una perturbación
sicológica, ó un caso siquiátrico.
El desconocimiento generalizado de las cuestiones más básicas de la vida
espiritual, ha llevado al hombre desde tiempos inmemoriales, a que cada quien,
haga y crea en lo que le parece es sabiduría, porque solo por orgullo y
necedad, nadie se puede dejar de nadie. El mundo terrenal cada día está más
poblado de sus hijos, antes que por la multiplicación entre ellos mismos, es
porque la mayoría por ignorar la propia luz que habita en su interior, se han
quedado estancados o estacionados acá, en el plano terrenal, porque son muy
pocos los seres que una vez desencarnan, como decir, uno en un millón, tienen
la capacidad de elevarse como el perfume nítido y puro, que algún día todos
fuimos, y viajar hacia los mundos de las estrellas, a seguir viviendo solo como
una luz intensa, extendiéndose en forma de luceros, de estrellas, de soles, y
desde lo infinito seguir derramando su amor, su paz, su alegría y su sabiduría
hacia la MADRE NATURALEZA; pero no, acá la hermandad solo quiere vivir triste y
adolorida.
Si en verdad todos lograran comprender, que
aquí en la MADRE TIERRA te
acogiste a tu propia libertad, y con paciencia te sepultaste en el fango del
dolor, percudiste tu esencia, perdiste el amor y la sabiduría divina,
acogiéndote solo a la sabiduría tirana y cruel del hombre ignorante,
entonces aquí mismo tienes que venir a
sufrir con paciencia, y con mucho amor volver a recuperar toda la sabiduría que
perdiste, toda la luz que despreciaste, y así
poder estar conscientemente, frente a frente, a esa luz infinita; entonces tendrás que venir las veces que sean
necesarias, según la propia inconsciencia que se tenga, a limpiar y recoger todo ese dolor,
toda esa amargura, esa mancha, ese veneno que tú mismo te diste, y le
entregaste al prójimo, y a la MADRE NATURALEZA. Pero en ese intento, la mayoría
terminan acabando de percudirse mucho más, por desconocer la realidad
espiritual, al preferir sumergirse en la fantasía espiritual que le venden al
mundo, principalmente los dioses terrenales.
En estos tiempos cada vez más convulsionados, ya no existen las profundas
enseñanzas espirituales que dejó Jesús, que no hayan sido mancilladas por la
mano del hombre, y de las cuales toda la humanidad este plenamente convencida,
que expliquen claramente y hagan entender, que no se puede hacer el mal ni
siquiera en pensamiento, y tranquilamente esperar el bien, porque quien pisotea
y humilla al prójimo, es como si maltratara la luz del CREADOR y la luz de la MADRE
NATURALEZA, desconociendo que finalmente será la misma humillación, el
maltrato, y el castigo que cada uno le infringe a su propia esencia.
Tener una visión esclarecedora, de cómo es realmente de compleja la vida espiritual,
seguramente servirá para que millones y millones de seres aprendan a vivir
diferente, simplemente se atrevan a mirar a su alrededor, contemplar el panorama
de dolor y sufrimiento de millones de hermanos, y terminen por convencerse, que
el sufrimiento, el dolor, la tristeza y la enfermedad de millones de esos
hermanos, no es obtenido de manera gratuita, ni mucho menos al azar por cosas
de la naturaleza, porque esta es la manera natural de purificar la esencia, de
esa desarmonía que voluntariamente cada uno se ha entregado.
En verdad la reencarnación es como un salvavidas, que vuestro PADRE CREADOR
les lanzó a sus hijos ingratos por amor, no por capricho, al momento que estos
decidieron por voluntad propia, comenzar a arrojarse en las aguas turbias y
corrientosas del mal proceder, del mal vivir, que los arrastraban sin rumbo
fijo, a la infelicidad, al sufrimiento y al destierro eternos. Durante toda esta peregrinación por el valle
de las lágrimas y los lamentos, nada de lo que el CREADOR le entregó a sus
hijos en el momento de la creación se pierde, así lo hayan despreciado en su
momento, porque es de propiedad exclusiva de cada uno, por tanto, tiene la
absoluta libertad para recuperar la luz que perdió, cuando decidió mancharla,
deshonrando su propia esencia con su mal proceder, o también es libre de seguir
percudiéndose mucho más.
Cada uno es libre para decidir, cuantas veces se quiere seguir tropezando
con la misma piedra en el camino, seguir dando vueltas y vueltas en la madre
tierra, sufriendo y sufriendo de infinitas formas, pero sin saber el por qué se
sufre.
Es la reencarnación en sí misma, quien da las pautas para poder comprender
con toda certeza, que el amor del CREADOR es tan puro e incondicional con sus
hijos, que hasta el más apartado, cruel, oscuro, triste y llagoso, merece algún
día estar disfrutando de su presencia, de toda su luz, su armonía, su sabiduría
y vida eterna. Vuestro PADRE el CREADOR, que no es un ingrato, ni un rencoroso,
mucho menos un vengativo, siempre nos extenderá su luz, su amor, su paz, brindándonos valor y fortaleza, para soportar con amor
esas duras pruebas, comprendiendo que ÉL no castiga a nadie ni con el pétalo de
una flor, porque cada quien se castiga de sí, según sus malas acciones.
Muchos de los encantadores de espiritualidad no quieren darse cuenta, que cada vida que se
nos ofrece para desmanchar el espíritu y recuperar toda la riqueza espiritual
perdida, simplemente es un insignificante parpadeo para el CREADOR, pero para
el ser que sufre, parece toda una cruel eternidad, pero es el propio peso de
sus errores y culpas las que lo agobian, porque el tiempo simplemente es algo
relativo, que depende de la conciencia del observador.
Los opositores de la reencarnación afirman que con este proceso, no se está
asumiendo el libre albedrio, pero están equivocados, porque asumirlo, no es
sinónimo de la crueldad eterna que ellos proponen y profesan, y la muestra más
palpable e innegable, de que el libre albedrio si se asume y con creces, es
todo el sufrimiento y la enfermedad que se ven por doquier, pero parece que
para los falsos espiritualistas, el dolor ajeno no tiene la menor importancia,
porque lo único que les interesa es enseñar una
vida espiritual, donde ellos como intermediarios entre el cielo y la
tierra, sean necesariamente indispensables, por eso la deben enseñar al revés,
negando la realidad que tienen frente a sus ojos, atreviéndose a enseñar de un DIOS pobre de espíritu, que cualquier
buen padre terrenal con todos sus errores superaría con creces.
Entendamos quienes eran, y por qué acostumbraron al mundo, a rechazar el
salvavidas espiritual de la reencarnación, para acogerse con mayor fuerza a una espiritualidad
vacía y efímera. Aquellos hermanos que siendo sus esencias luz, amor, paz y
sabiduría, han preferido acogerse ciega e insensatamente a una semilla ruin y
dañina, depositada cuidadosamente en unas enseñanzas amañadas, que dejaron
sembrando sus predecesores fundadores, que siendo los poderosos y vanidosos
reyes del ayer, se autoproclamaron como
sumos pontífices o papas. Su
institución fue bautizada con algunos apellidos de estos, incluyendo los de los
más fieles y crueles defensores de la causa. Muchos de sus sucesores hasta hoy,
inocentemente se han convertido en los principales opositores, que atacan la
reencarnación, negándola y desprestigiándola con vehemencia.
Los pilares que sustentan la frágil fe de esta institución cada vez más
cuestionada, no por sus enseñanzas, sino por los escándalos a su interior, está
cimentada en dos necedades absurdas, que atentan contra la naturaleza misma del
hombre: nacer por obra y gracia, sin intervención de varón, y resucitar de
entre los muertos. Parece que le dan prioridad al cuerpo sobre la esencia, por
eso muy tranquilamente dicen: polvo eres, y en polvo te convertirás, como si
fuésemos un cuerpo vacío.
Desentrañemos el por qué, todo esto no es más que un embuste camuflado de
espiritualidad.
En primera instancia, no se puede negar, que la unión nítida y pura de una
pareja, para procrear nuevos retoños, es un derecho natural que generosamente
nos brindó el CREADOR, porque además toda la luz y el amor nacido de esa unión,
sutilmente es un pequeño aporte que el hombre hace para su propia armonía, y
que la Madre Naturaleza necesita, para seguir floreciendo y multiplicando el
fruto para sus hijos, extendiéndoles más perfume y más amor; porque
espiritualmente todo está íntimamente ligado entre sí, como una frágil, delicada
e infinita red de luz. En general, he aquí el por qué, en la medida
que el verdadero amor en la humanidad se extingue, para la Madre tierra se hace
cada vez más difícil, el poder ofrendar generosamente su fruto sano y poderoso.
En segunda instancia, no se puede ignorar que la desencarnación o mal
llamada muerte, también es un proceso natural, que siempre ha existido, y su
finalidad desde aquel entonces, ha sido que el templo libere completamente la
fina fragancia, que temporalmente ha reposado en ese fino estuche de luz, para
que ahora sí, comience a evolucionar espiritualmente en los
mundos invisibles, pero como un perfume más refinado y delicado.
El desconocer la vida espiritual, ha permitido que unos pocos se aprovechen de la ignorancia del mundo,
amedrentándolo con la fábula del pecado original, que trajo como consecuencia
nefasta, según enseñan ellos, la muerte. Sutilmente hacen ver la relación nítida y pura de pareja hombre
mujer, como algo pecaminoso; y la mal llamada muerte, adquiere un significado
como una cruel herencia de castigo.
Obviamente, para darle vida y maquinar toda una seductora mentira, y
extenderla tranquilamente al mundo, fue necesario maquillarla con el noble pretexto de una
evangelización, y por supuesto, la
figura de quien llevaría su estandarte de salvación, no podría ser un hombre
como todos, entonces necesariamente debería poseer cualidades más que
sobrenaturales, para que nadie más sobre la faz de la tierra lo destronara, y
qué mejor que el par de mentiras, que el mundo se ha tomado en serio.
Estos hermanos que nada quieren entender de la vida espiritual, han
olvidado que no está muerto quien entrega su cuerpo de regreso a la Madre
tierra, sino todo aquel hermano, que teniendo todos los sentidos que le dio el
creador, no ve, no oye y no siente, porque se ha internado en la pobreza
espiritual. No han querido darse cuenta, que ellos son los verdaderos
anticristos, los verdaderos enemigos de las estrellas y de la luz infinita,
porque todo lo nítido y puro lo tapan y lo oscurecen.
Los dioses terrenales, dueños del mayor engaño espiritual de todos los
tiempos, y dueños del vanidoso palacio terrenal de la idolatría, han explotado
desde hace siglos la fe del hombre, aprovechándose de la excepcional imagen de Jesús, y de algunas palabritas sabias
que le han dejado conocer al mundo, pero no por amor, sino por fantasía, para
tener el mundo arrodillado delante de sus pies, empapado en las tres letras de
una palabra cruel y mezquina, que niega la verdadera riqueza espiritual de
Jesús. Pero lo único que buscan, es llenar sus alcancías con el níquel del sudor del prójimo. Siempre ha sido un
buen negocio, calumniar al CREADOR, o achacarle a un inocente la
responsabilidad para que responda delante de esa Luz Infinita, por toda nuestra
propia inconsciencia, mal vivir y desamor. Olvidan que absolutamente nada se aprende a conciencia, por experiencia ajena.
Muchos para negar la reencarnación, y acogerse a una espiritualidad facilista,
enseñan que Jesús murió por los pecados del mundo, y para
justificar o sustentar esta falsa creencia de la fe cristiana, traen al
recuerdo el momento de la crucifixión, en el cual Jesús está junto a los dos
ladrones, y el llamado buen ladrón le
dice: acuérdate de mí, cuando estés en
tu reino; a lo que Jesús le responde: “en verdad os digo, que hoy mismo estarás
conmigo en el paraíso” Esta famosa
frase, la utilizan como piedra angular, para decir que en este pasaje queda más
que demostrado que no se pagan las culpas o errores, y que solo con el perdón
basta; desconociendo completamente, el por qué, Jesús le respondió de esa
manera al buen ladrón.
El buen ladrón tuvo una relación estrecha con José, María y el niño
Jesús, en un momento difícil para la vida de todos ellos. El buen ladrón fue un
personaje, que por no tener absolutamente nada, la sociedad hipócrita de su
tiempo lo desechó como una basura, viéndose obligado a robar, no por vicio,
sino por necesidad, para no dejarse morir de hambre, porque nadie que realmente
tenga hambre, se deja morir, sin antes haber hecho hasta lo imposible. Vuestro PADRE perdona la inocencia, más no el
orgullo y la soberbia, por eso se deben purificar con dolor.
Este humilde personaje, que se ganaba la vida cuidando un establo, donde
escondían animales robados, fue quien generosamente les tendió la mano, a
Jesús, María y José, brindándoles techo en una humilde ramada, donde pasaron
unos meses escondidos, huyendo de la crueldad de los reyes terrenales, al tener
que dejar la comodidad de su propio hogar, al ser advertidos por un mensajero
celestial, de una matanza de inocentes que le acecharía su vida.
Parece que muchos hermanos en su ingenuidad, todavía creen, que en el reino
de la luz, donde mora el CREADOR y todas sus jerarquías celestiales, que son
amor, pureza y conciencia, existe un lugar reservado para que se posesione y se
siente, la inconsciencia y la desarmonía del espíritu humano, que aún está
sordo, ciego, mudo y percudido, que solo espera ganarse un cupo en el cielo,
convencido que todo es tan fácil, como que paguen justos por pecadores, pero
eso jamás sucederá. Sí el CREADOR
permitiera tal atropello, sería convertir en realidad algún día, la cruel
fábula de los ángeles caídos, creencia necia y absurda de los dioses
terrenales, que no han querido entender, qué significa la armonía y la
conciencia de un ser de espíritu puro y refinado, que habita en mundos de
perfección espiritual, y que por lo tanto, ni en pensamiento se atrevería a
desafiar al CREADOR, porque tiene plena consciencia que es una partícula divina
que hace parte del TODO, así como una gota de agua, que hace parte del inmenso
mar.
Si el mundo comprendiera, que el verdadero y más cruel infierno está aquí, en la MADRE
TIERRA, ese infierno que no puede hablar, porque está mudo, porque no puede
coger la cuchara para tomar su alimento, que está presente en tantos hermanos
que sufren terriblemente, así sea de modo temporal, al verse ellos mismos
convertidos en un animalillo, y para sobrevivir
tener que alimentarse de la misma forma que lo hace una fiera, un buitre
o un bicho rastrero, despedazándose entre ellos, teniendo que recoger y limpiar
toda la mortecina, que ellos mismos algún día libremente le entregaron a la MADRE TIERRA, sin querer entender,
que la estaban envenenando con su mal vivir, y a la vez entregándose ellos
mismos el dolor y el sufrimiento.
Las catástrofes y desastres
naturales también tienen su origen en el hombre, que ha formado su castillo de
dolor, su castillo de tristeza, porque hay pobreza espiritual, hay pobreza
porque no hay armonía, sino dolor, agonía, porque los hijos del CREADOR,
hermanos de las estrellas, lo hacen y
manchan la MADRE NATURALEZA, y ELLA al
no soportar tanto dolor, angustia y tristeza de sus hijos que hoy están
perdidos, simplemente se sacude todo ese malestar, como el árbol cuando el
viento lo sacude para votar los pétalos ya marchitos. Parece que tardará mucho
tiempo para que todos sus hijos despierten, comprendiendo que todos los
sentimientos enfermizos de crueldad, perversidad y desamor, de todo el maltrato
hacia la Madre tierra y todos sus animalitos, los vicios, las malas costumbres,
las bajas pasiones como la unión entre parejas disparejas, todas esas energías
amargas, tristes, venenosas y arruinadoras en conjunto, se devuelven con gran
furia contra el mismo hombre, transformándose muchas en crueles enfermedades y
pestes, de las cuales una infinidad no tienen remedio.
Con todo el panorama hasta aquí descubierto, es imposible caer en los
mismos errores, de algunos autores tradicionalistas, que hacen ver la
reencarnación como sinónimo de evolución espiritual en la Madre tierra, porque
de lejos se puede ver que NO es cierto. Es un mandato que el mismo hombre se
impuso, y le sirve para limpiar y
despercudir la esencia, de toda la mancha que alegremente se dio. También podría decir, no es que vengamos
evolucionando de minerales, vegetales, animales hasta llegar a hombres, es todo
lo contrario, porque muchos para piedras y animales es que van temporalmente.
Igualmente en este momento tal vez muchos comprenderán, que paradójicamente, el hombre se alejó
tanto de la luz, del amor y de la armonía infinita, que después de vivir en
hermandad, y en comunión directa con el PADRE CREADOR y la MADRE NATURALEZA,
pasó a simplemente tener que creer por una fe ciega y coja, que existe un ser
superior que lo creó, al que muchos llamaron DIOS. Así fue el resurgimiento de esta nueva
humanidad, en la que hoy estamos, cuyos espíritus se comenzaron a levantar
nuevamente de las cenizas, arrastrando consigo oscuras secuelas espirituales,
que posteriormente terminaron influenciando las creencias del incipiente hombre
primitivo.
En pocas palabras, he aquí el verdadero origen de las llamadas religiones,
que hoy no saben ni por qué surgieron, enseñando erróneamente que nacieron
desde el principio de los tiempos, para que el hombre conociese al CREADOR;
falsedades de las cuales hoy más que nunca, gran parte del mundo está
completamente convencido, y muchas terminaron imponiéndose y enseñoreándose por
encima de las demás, y se han encargado de esclavizar, de sepultar y de alejar
al hombre de los verdaderos caminos de
la nítida libertad espiritual.
Desde este medio extiendo una invitación, a los grandes personajes
reconocidos y atendidos por el mundo, que tanto hablan del AMOR, para que al
menos uno de ellos, reflexione profundamente en estas palabras, y algún día
llegue a entender y enseñar, que la reencarnación antes que un mito, es una
gran realidad espiritual, porque ninguno de los hijos del CREADOR, fue hecho
para que se pierda eternamente, tal como enseña la taberna ingrata. Es urgente
enseñar el por qué existe tanto sufrimiento en este plano, sin contar todo el
sufrimiento, la agonía y la sangre que corren por cuenta de la inconsciencia,
la maldad, la indiferencia e injusticia social del hombre.
Como conclusión final, así como ocurre con las leyes de los hombres, “la
negación o el desconocimiento de la realidad espiritual, por acogerse a la
ilusión que vende el mundo, no es disculpa, ni exime a nadie de responder en
algún momento por el mal vivir que cada uno se da, en su libertad que tiene”.
Para terminar os diré: Más que necesario, es urgente
compartir estas pequeñas gotas de sabiduría, que hacen parte de un mar infinito
de conocimiento eterno y puro, guardado en el interior de cada uno, esperando
ser descubierto, pero la gran mayoría de mis hermanos se niega atender y
escuchar, tal vez por temor a descubrir una realidad espiritual, que va en
contravía con sus propias convicciones.
Con este trabajo se deja constancia expresa, de lo que
personalmente se considera que la humanidad debe conocer, y algún día aún
lejano, otras generaciones puedan llegar a comprender y valorar.
Ofrezco mil y mil disculpas, si estas palabras han
perturbado tu esencia, pero el único anhelo es mostrar un punto de vista
espiritual, que difiere substancialmente al que reina entre la hermandad, para
tal vez llegar a comprender, el por qué estamos viviendo en un mundo donde todo
está completamente al revés.
Quien tenga
oídos, que oiga; quien tenga ojos, que vea; quien tenga voz, que sea para
esclarecer el mundo, no para terminar de sepultarlo en la amargura y en la desesperanza.
Aprovechando este espacio para la libre expresión, este mensaje va dedicado
de manera muy especial, en el nombre de toda mi familia, con un profundo
sentimiento de gratitud y de amor, a la
AMADA MEMORIA, de mi PADRE terrenal, que hace algunos meses entregó su esencia
al CREADOR, y su templo, a las
cristalinas aguas de la Madre Naturaleza.
Todos hemos venido a dejar huella imborrable en el
seno de la MADRE NATURALEZA, no ha pasar sin pena ni gloria.
¡Que la Luz Infinita
del Padre Creador nos acompañe, y el camino sea perfecto!
Con mucho cariño: Jeremy
v.072014.
Enlace: http://lacienciadelasabiduriadivina.blogspot.com/2013/02/la-reencarnacion-mas-que-un-mito-una.html